Información perteneciente a la revista NUEVO COMIENZO, Vol. 18 Numero 1 Año 2006
Idealmente la lactancia debería comenzar tan pronto nace el bebé, cuando él está alerta.
Un bebé recién nacido a término, tiene desarrollado el instinto de succionar; este instinto es más fuerte entre los veinte y treinta minutos luego del nacimiento cuando el bebé no está somnoliento por las drogas o por la anestesia suministradas a la madre durante el trabajo de parto y el nacimiento.
En la primera hora de vida los bebés se encuentran en estado de alerta y tienen una habilidad innata para lactar y succionar efectivamente; existen investigaciones que concluyen que cuando el recién nacido es colocado inmediatamente en el abdomen de su madre, se arrastra hasta encontrar su pecho e inicia la succión en menos de treinta minutos. Si durante ese momento crucial se separa al bebé de su madre, se pierde una primera oportunidad, porque podría entrar en un estado de somnolencia y perder su urgencia natural de encontrar el pezón, lo que podría ocasionar dificultad en la iniciación de la lactancia (Righard y Alade 1990, Widstrom et al. 1990; Wang y Wu 1994).
Por lo tanto, es muy importante darle al bebé la oportunidad de succionar durante la primera hora luego del nacimiento para que obtenga la mayor cantidad de calostro posible. Sin embargo, algunos bebés no parecen poder lactar aunque su mamá esté dispuesta a hacerlo, debido a la acción de la epidural u otra anestesia administrada durante el trabajo de parto; se ha constatado que ciertos tipos de anestesia disminuyen los comportamientos espontáneos de búsqueda del seno, a la vez que aumentan la temperatura y el llanto del bebé (Ransjo- Arvidson et al. 2001).
De cualquier manera, es importante entender que no poder amamantar al bebé inmediatamente luego del nacimiento no le creará ningún problema y, si el bebé llega a tener dificultad al succionar o al lactar cuando finalmente es amamantado, se puede buscar oportunamente ayuda de un especialista en lactancia. <>Lo anterior nos muestra los beneficios de amamantar frecuentemente desde los primeros días para establecer la máxima cantidad de receptores de prolactina que sea posible (ver cuadro en la página 4). Si amamantar en las primeras horas luego del nacimiento no es posible, la siguiente mejor alternativa es realizar la extracción manual o utilizar un extractor eléctrico durante diez o veinte minutos cada dos o tres horas hasta que el bebé pueda comenzar a amamantar; esto ayudará a maximizar los receptores de prolactina y a minimizar el impacto de un amamantamiento tardío. Si la mamá ha dado a luz en un hospital o centro asistencial para nacimientos, podría haber disponible un extractor de leche, y una enfermera, partera o consultora de lactancia que le enseñe a utilizarlo.
Un ambiente tranquilo, agradable y cómodo es el mejor lugar para conocer y entrar en confianza con el nuevo bebé. Aunque puede ser difícil crear ese ambiente en un hospital, sentirse apoyada, estimulada y tranquila permite a la madre manejar de una manera más calmada cualquier reto que enfrente.
Lactancia luego de un nacimiento por cesárea
Un parto por cesárea podría hacer que amamantar inmediatamente luego del nacimiento no sea posible; si la madre ha recibido anestesia general no podrá estar suficientemente alerta para manejar al bebé en la primera hora luego del nacimiento. Incluso cuando ha recibido anestesia epidural y está despierta, la mayor parte de esa primera hora será ocupada en la realización de la sutura abdominal lo cual hará que el amamantamiento no sea práctico. Además, el bebé podría estar dormido y no ser receptivo a amamantar si la madre ha recibido medicación para el dolor durante el trabajo de parto antes de la cirugía. Algunos estudios sugieren que las cesáreas de emergencia pueden ocasionar demora en la producción de leche (Dewey et al. 2003); Grajeda y Pérez Escamilla 2002, Rowe Murria Fisher 2002; Hartman 1987).
Sin duda, el nacimiento por cesárea presenta retos que la madre que desea amamantar debe sortear. Algunas decisiones, como amamantar frecuentemente lo más pronto posible luego de la cesárea y no imponer un horario al bebé, ayudarán a minimizar los obstáculos que se presenten. Nos lo cuentan muchas madres que han tenido partos por cesárea y han tenido plenitud en el suministro de leche.
El enorme valor del calostro
Puede ser de ayuda entender y apreciar el enorme valor del calostro, esa traslúcida y amarilla “pre – leche” que la mamá produce en los primeros días. El calostro y la leche madura que le sigue, protegen al bebé como lo hizo la placenta durante el embarazo. El calostro es bajo en grasa y carbohidratos, y alto en proteína, lo cual es precisamente el balance nutricional que el bebé requiere en los primeros días. El calostro es fácil de digerir por parte del bebé y contiene células vivas que sirven para proteger al recién nacido contra bacterias, virus y alergias. El calostro, incluso, recubre el tracto intestinal y previene la absorción de sustancias que desencadenarían alergias. Los factores inmunes IgC e IgA son más concentrados en el calostro que en la leche madura y sirven también para estimular y dar paso al desarrollo del sistema inmunológico del bebé. Una investigación sugiere que esos beneficios podrían durar toda la vida. Además, el calostro actúa con laxante favoreciendo la eliminación del meconio de los intestinos, y con él, la de la bilirrubina, la sustancia que causa ictericia a los bebés. El calostro no desaparece de repente cuando la leche madura aparece, por el contrario, la transición a la leche madura se efectúa durante las primeras dos semanas; por eso, cualquier leche que se extraiga durante ese tiempo, usualmente luce de color más dorado que la leche que se extrae después.
Muchas madres no observan o no pueden extraerse calostro antes del nacimiento del bebé; otras no ven calostro cuando el bebé amamanta y no pueden extraerlo manualmente en los primeros días de posparto. Son madres que se preocupan creyendo que ello significa no poder producir leche; pero de hecho, no ver calostro cuando el bebé amamanta, no gotearlo entre una lactada y otra, o no notar su presencia al final del embarazo, no significa que no esté allí.
El calostro es producido en pequeñas cantidades: un promedio total de 7.4 cucharaditas (36.23 ml); aproximadamente 1.4 a 2.8 cucharaditas por día (6.86 a 13.72 ml por toma) y son inmediatamente tragadas por el bebé (Hartman 1987; Hartman y Prosser 1984; Houston et al. 1983).
El color del calostro suele ser dorado; también puede ser claro y verse como saliva, por lo que puede no ser fácilmente identificable; hacer extracción puede ser difícil porque el tejido del pecho suele inflamarse en los primeros días post parto. Por otra parte, la extracción es una habilidad que requiere alguna práctica.
El calostro es tan valioso que incluso una pequeña cantidad que la madre pueda dar a su bebé será un precioso regalo para él.
Compartir el cuarto con el bebé
Muchos hospitales ofrecen la opción a las madres de tener a su bebé en la habitación. Aunque hay lugares que mantienen al bebé en locaciones separadas, algo muy común en generaciones pasadas, un estudio ha demostrado que no hay ninguna razón médica para que madres y bebés saludables sean separados, incluso temporalmente (Yamauchi y Yananoucho 1990; Buranasin 1991; Oslislo Ykaminsky 2000). De hecho, el contacto piel a piel, ayuda a estimular la prolactina, hormona que produce la leche (Hurst 1997).
Como recomendación de la Academia Americana de Pediatría (AAP), estar juntos es bueno para los dos y le permitirá empezar a amamantar por demanda lo más pronto posible, lo cual incidirá positivamente en su producción de leche.
Amamantar al bebé frecuentemente
La madre necesitará amamantar a su bebé con la frecuencia con la que él esté interesado en amamantar. Cuando se trata de un bebé recién nacido, especialmente durante la primera semana, las sesiones parecen durar tanto que casi no tendrá tiempo de hacer otra cosa antes de que la próxima sesión comience.
Antes de que la leche madura llegue, algunos bebés amamantan vorazmente porque tienen hambre, esto hace que la madre empiece a producir leche madura un poco más pronto. Las tomas frecuentes durante los primeros días de vida del bebé son normales y esenciales para estimular el máximo número de receptores de prolactina y asegurar la mejor producción de leche posible.
El primer mes es un tiempo de aprendizaje para el nuevo bebé, durante el cual la madre perfeccionará sus habilidades de lactar; ello ocasionará que al final de ese mes muchos bebés necesiten menos tiempo para consumir la misma cantidad de leche. Mantener al bebé cerca todo el tiempo, ayudará a estar alerta de sus señales tempranas de hambre y así poder alimentarlo sin dejar que llegue a un estado de hambre o llanto. Minimizar el llanto del bebé es la mejor manera para que la mamá y los demás miembros de la familia no sientan estrés.
Aunque al comienzo lo parezca, la mamá no estará todo el tiempo amamantando; ella se está recuperando del parto y necesita descansar. Amamantar es una manera natural de hacerlo. El tiempo entre una comida y otra eventualmente se distanciará y las tomas serán más manejables, el bebé establecerá un patrón de alimentación que hará la vida más predecible. Los patrones que él establezca, sin embargo, serán sus propios patrones, y obedecen a sus necesidades emocionales y psicológicas; cambiarán a medida que él crezca y madure.
Rodearse de personas que den apoyo
Este momento es de mucha sensibilidad en la vida de una mamá, quien estará sicológica y físicamente vulnerable. Lo último que ella necesita cuando ha comenzado a amamantar es estar cerca de alguien que mine sus esfuerzos expresando dudas o críticas. Amamantar es la norma biológica, pero en nuestra sociedad existen muchas personas que no se sienten cómodas viendo a una madre que amamanta a su bebé y están muy dispuestas a criticar a la madre que expresa dudas sobre su capacidad para producir leche. Esta actitud es producto de la falta de comprensión y a veces de una visión errada del seno como un objeto sexual. Cada madre merece tener solamente soporte positivo y motivación en estos momentos, y no necesita comentarios ni actitudes negativos que socaven su confianza.
Puede llegar a ser difícil distanciarse de las personas que no dan un apoyo que permita vivir el posparto como un tiempo gratificante; la madre tiene el derecho de estructurar el mejor ambiente que conduzca a una exitosa lactancia, lo cual es esencial para el bienestar de su bebé. En última instancia, las necesidades del bebé son más importantes que la opinión de los demás. Si es difícil defenderse de las personas que critican, la madre puede solicitar a su pareja o a otra persona, retirar la interferencia.
Algunas nuevas mamás se preguntan por qué su propia madre o su suegra hacen comentarios que descalifican la lactancia; es importante saber que muchas abuelas nuevas pueden no haber tenido experiencias de lactancia exitosas ellas mismas o pueden estar tristes por lo que se perdieron y harían lo que fuera por ayudar a sus hijas o nueras a tener éxito en lo que ellas no pudieron. Desafortunadamente no saben cómo hacerlo. Otras abuelas pueden estar a la defensiva por haber elegido ellas usar fórmula y podrían ver su fuerte esfuerzo de amamantar como una crítica de su propia crianza.
Si la madre no conoce las experiencias que ellas tuvieron en sus partos y en sus lactancias, puede preguntarles sobre sus experiencias y escuchar sus relatos. Pudo ser que no tuvieron la información, el soporte o los recursos técnicos que ella tuvo, sin mencionar el soporte social para amamantar. Eso ayuda a expresar compasión por las luchas que ellas enfrentaron y asegurarles que sabe que ellas fueron las mejores madres. Mostrar empatía y aceptación de sus experiencias y elecciones puede ayudarles a ser más constructivas en el apoyo que le otorguen.
Otras obligaciones
Durante las primeras semanas de lactancia, nutrir al bebé, amamantarlo y cuidarse a sí misma, serán sus más importantes responsabilidades. Las otras obligaciones no importan tanto. Si la madre tiene niños mayores, debe ciertamente atender también las necesidades de ellos, pero las necesidades del bebé y las suyas propias tienen prioridad ahora. Su pareja u otra persona pueden ayudarle con las necesidades básicas del niño mayor durante este tiempo.
Aunque es natural para los amigos y la familia querer visitarla para ver al nuevo bebé y felicitarla, entretenerlos puede ser desgastante y, además, la madre podría no sentirse cómoda amamantando a su bebé con los visitantes presentes. Puede tratar de manera gentil y discreta, de rechazar la mayor cantidad posible de visitas, pero para aquellos que insisten, la mejor manera de limitar sus visitas es permanecer en ropa de cama, enviando una clara señal de que necesita descanso. Podría ir incluso un paso adelante y recibir sus visitas en cama, lo cual usualmente garantiza que éstas sean cortas.
Quedarse en cama
Para las madres que deseen hacerlo, quedarse en cama los primeros días es incluso una de las mejores medidas que contribuyen para un buen comienzo de la lactancia; la mamá puede leer libros y revistas o incluso ver televisión en su cuarto, tener bebidas y comidas ligeras y nutritivas cerca de la cama y levantarse solo para ir al baño o bañarse. Pasar un tiempo concentrada en su bebé y amamantarlo cuando así lo desee, asegurará una mejor producción de leche.
Si siente que necesita una justificación, puede decir que es una “orden del doctor”. Muchos médicos instruyen a sus pacientes de posparto que hagan eso justamente, porque aún cuando puedan sentirse felices, sus cuerpos acaban de pasar por un esfuerzo físico muy grande y necesitan tiempo para recuperarse; los siguientes meses serán más difíciles y esto podría tener impacto en la producción de leche.
Comidas y trabajo en el hogar
La madre que tiene su bebé muy pequeño puede sentirse abrumada con las labores domésticas. Lo cierto es que ella necesita estar pendiente de su bebé y descansar. La mejor ayuda que puede recibir de familiares, amigos y vecinos es la colaboración en la realización de esas tareas de la casa.
Es cuestión de establecer prioridades: más vale descansar cuando el bebé duerme que organizar su ropita. Una madre que amamanta dijo con razón: “Más fácil es decir qué hacer, pero relájese, ignore la casa y ¡solo amamante! Tómelo con calma y ¡solo amamante! Olvídese de las obligaciones y ¡solo amamante! Yo puedo decirlo porque no lo hice y lo lamento. Usted tiene una excusa perfecta para tomárselo con calma y dedicarse solo a su nuevo y pequeño bebé, y todos entenderán. Eso hace una gran diferencia en su larga lactancia. Yo desearía haber hecho caso a ese consejo. Todo se reduce a esto: no gaste ni una sola onza de energía innecesaria, guárdela toda para amamantar a su bebé”.
Posparto y cuidados en casa
Muchas madres que recién tienen su bebé tienen la fortuna de contar con un amigo o miembro de la familia que brinda un maravilloso apoyo y es capaz de desempeñar todas las tareas del hogar; incluso hay más que hacer que cuidar la casa hoy en día. La madre cuida al bebé y también necesita un especial cuidado en su nutrición, además, también sentirá ansiedad. Si tiene una persona experta en cuidados de posparto, es decir, una mujer que la cuide ayudando en la casa y dando apoyo y estímulo, esto puede hacer la diferencia. Muchas personas ayudan durante el nacimiento y también durante el posparto, las tareas de la casa, con el niño mayor o colaboran con la preparación de alimentos. Es algunos países esta persona con experiencia se conoce como doula.
Casi no importa qué haga, pero la presencia de una mujer que no la juzgue, le hará sentir confianza mientras usted se dedica a conocer a su bebé y a conectarse con él. Cuando la contrate, pregúntele sobre su filosofía sobre cuidados infantiles; si cree en amamantar por demanda o en ponerle al bebé un horario; si cree que la madre y el bebé deben estar juntos o si cree que su responsabilidad es cuidar al bebé por usted; si conoce los aspectos de la lactancia o si refiere a la madre a un especialista en lactancia si es necesario.
Conocer su filosofía por adelantado la hará sentir a gusto. Y si surge cualquier pregunta, no dude en contactar a algún especialista en lactancia para solicitar más ayuda o aclarar otro punto de vista si las cosas no van tan bien como deberían.
Comer, tomar líquidos y dormir bien
Para tener energía para amamantar y cuidar al bebé, la madre necesita comidas nutritivas, suficiente líquido y mucho descanso. No debe saltarse una comida. De hecho, debe ingerir pasabocas nutritivos durante el día adicionalmente a las comidas regulares. En general, la cantidad y la calidad de la dieta son más importantes para la madre, que para su producción de leche. El cuerpo producirá buena leche para el bebé, incluso si la dieta es menos que la ideal. Comer alimentos que disfrute y que sean adecuados nutricionalmente, ayudarán a la mamá a alimentar su cuerpo y su alma.
Tomar líquido suficiente es incluso más importante que comer apropiadamente; es importante hidratarse. No tome, sin embargo, excesiva cantidad de líquidos con la idea de que ellos incrementarán su producción de leche; esto no funciona y tomar demasiado podría incluso disminuir su producción de leche. El agua es el mejor líquido aunque el té descafeinado también, debido a sus propiedades relajantes. Las frutas y los cítricos son nutritivos también; sin embargo, si no prepara los jugos en casa, lea las etiquetas para saber si contienen azúcar agregada, fuente de calorías vacías innecesarias y muchas veces causa de molestia en el bebé cuando la madre las ingiere en cantidad excesiva. Mejor prepararlos en casa con fruta fresca.
No es necesario tomar leche de vaca; muchos bebés son sensibles a las proteínas de la leche de vaca que pudieran estar presentes en la leche de la madre y no es del todo esencial para los adultos tomar leche. A las madres a veces se les dice que deben tomar leche para producir leche. Esto no es cierto. El seno materno fabrica la leche a partir de nutrientes que tomamos de muchas fuentes, no de la leche de otras especies. Las vacas adultas ciertamente no toman leche y son capaces de lactar de manera suficiente.
Al lado de la comida y el agua, descansar es la necesidad más crucial para cualquier madre que tiene su bebé muy pequeño. Ella necesita el máximo de sueño que pueda obtener. Tome por lo menos una siesta al día, preferiblemente cuando el bebé lo haga. El bebé estará despierto durante periodos de tiempo que en otras circunstancias serían el tiempo normal de sueño de la madre, por lo que ella necesitará recuperar ese sueño perdido; la mejor manera de hacerlo es cuando el bebé lo haga. Si durante el día el bebé duerme una siesta, tal vez usted tenga la tentación de utilizar ese tiempo para llamar a avisar del nacimiento, hacer notas de agradecimiento, hacer trabajo de hogar y llamadas telefónicas… Pero ese precioso tiempo podría ser mejor utilizado para descansar.
Sin duda, es difícil hacer una siesta si se piensa que el bebé va a despertar en cualquier momento; es mejor aprender a no preocuparse por eso y quedarse dormida lo más pronto posible. Si el bebé despierta, la mamá también lo hará y puede tratar de terminar la siesta más tarde; si, por el contrario, el bebé llegara a dormir por mucho tiempo, ella obtendrá un descanso invaluable.
Lograr un balance en la producción
Trabajar para aumentar su producción de leche mientras cuida a su bebé y atiende a su familia, sin mencionarla a ella misma, puede requerir de mucho equilibrio de parte de la mamá. Las necesidades del bebé, las de la familia y las suyas propias deben ser cuidadosamente atendidas muchas veces al día; es frecuente que muchas veces la madre se ponga al final en esta difícil ecuación.
La madre debe tratar de tener en mente que si ella está bien, puede dar lo mejor de sí a su familia. Trabajar muy duro puede cansarla y dificultarle encontrar un balance razonable en su planeación familiar y a la vez estar pendiente de sí misma durante este proceso. Tomar tiempo para enamorarse profundamente de su bebé, quien será pequeño por muy poco tiempo, es lo más importante.
Más succión = más receptores = más leche
Los receptores de prolactina son importantes en el proceso de producción de leche, y sin embargo, su función es poco conocida. Cada hormona tiene un receptor correspondiente que es ubicado en los órganos sobre los cuales tienen impacto. Los receptores se encuentran en las células que producen leche en la glándula mamaria. Cuando una mujer no está embarazada ni amamantando, ella tiene un equipo de receptores de prolactina en sus senos; el embarazo hace que éstos se multipliquen. Ahí no para su función. Lo que determina que se desarrollen los receptores de prolactina es la frecuencia de la estimulación: a mayor frecuencia en la succión por parte del bebé o en las sesiones de extracción, mayor será el número de receptores de prolactina que se desarrollen. Y a mayor número de receptores de prolactina, mayor producción de leche habrá por parte de los tejidos glandulares. Los expertos creen que el amamantamiento frecuente en las primeras semanas es extremadamente importante para desarrollar suficientes receptores y lograr una fuerte producción de leche a largo plazo. Sin ellos, la producción de leche estará en riesgo cuando los niveles de prolactina hayan bajado a su nivel normal alrededor de los dos o tres meses después del nacimiento.
Traducido en Colombia por Valeria Calderón de How to get your milk supply off to a good start; Julio – Agosto 2005; New Beginnings. La Leche League Internacional, Illinois, Estados Unidos. Adaptado por Bárbara de Zuleta.
Para destacar
El calostro es producido en pequeñas cantidades: un promedio total de 7.4 cucharaditas (36.23 ml); aproximadamente 1.4 a 2.8 cucharaditas por día que son inmediatamente tragadas por el bebé.
Las necesidades del bebé son más importantes que la opinión de los demás.
Recuerde tomar tiempo para enamorarse profundamente de su bebé, quien será pequeño por muy poco tiempo.