Nota Editorial: Ofrecemos artículos de nuestras publicaciones de años anteriores como referencia para nuestras Líderes y miembros. Los lectores deben tener en cuenta que la investigación y la información médica cambian con el tiempo.

Sharon A. Vallone, DC, DICCP
Hartford, Connecticut, USA

Tomado de LEAVEN, volumen 39, número 6, Diciembre-Enero 2003-2004

El arte y la felicidad de amamantar puede no resultarles natural a una madre y su bebé cuando los instrumentos utilizados en un parto asistido (fórceps o extracción con aspiradora) pueden haber afectado la acción suave de las mandíbulas del bebé, entonces obstaculizando la capacidad del infante para succionar.

Generalmente, ni el personal hospitalario, ni los consultores de lactancia están bien informados sobre la incidencia de traumas músculo-óseos. Durante el parto, puede haber traumas en las articulaciones y músculos de la cabeza y del cuello. Eso resulta en retrasos no necesarios en establecer una relación de lactancia materna exitosa entre la madre y el bebé. El entusiasmo de la madre por la lactancia puede agotarse por la contínua dificultad cuando intenta amamantar a su bebé.

Tiempo e ingeniosidad pueden permitir al infante superar algunas dificultades. Por ejemplo, el infante quien no puede abrir la boca lo suficiente para abarcar el pezón y la areola debido a una mandíbula tensa, puede compensar moviendo su mandíbula inferior de lado a lado como un serrucho. Aunque ahora pueda estimular un reflejo de eyección y provocar un flujo adecuado de leche, esta acción en fin de cuento provoca daños al pezón. Su madre puede seguir sintiendo dolor o teniendo heridas hasta que esté mayor y tenga una boca más grande. El tiempo por sí solo no siempre cura en estos casos. Desafortunadamente, la programación neurológica que ocurre día tras días con un afianzamiento incorrecto será fuerte y se va a necesitar paciencia para enseñar al bebé como succionar eficazmente, aún después de corregir la disfunción mecánica.

Quiroprácticos (DC) quienes están entrenados para tratar a infantes, así como otros médicos quienes usan técnicas manuales suaves, no invasivas llamadas ajustes, pueden ser miembros de equipo vitales en el cuidado del binomio lactante para establecer temprano un afianzamiento sano. Osteópatas (DO), terapeutas físicos (RPT), terapeutas ocupacionales (OTR), terapeutas masajistas (LMT), y terapeutas sacro-craneales son algunos de los otros médicos quienes también practican terapias manuales. Los médicos se pueden encontrar a través de asociaciones nacionales y estatales en los EE.UU., pero las mamás quienes amamantan encuentran también médicos listos para apoyarla por recomendación de Líderes y padres que han tenido experiencias exitosas.

Primero, el médico entrevistará a la madre y a su equipo de apoyo para determinar si el embarazo, el trabajo de parto, o el parto fuero complicados por presión o posición, medicación, o intervenciones. Cualquier de estos factores, solo o juntos, tiene peligros inherentes para el sistema músculo-óseo, ya que requieren fuerza sobre o cerca de estos articulaciones y músculos vulnerables, y generalmente tienen que ser ejecutados rápidamente. Junto con el potencial para trauma, el médico tiene que evaluar todos los sistemas del cuerpo para asegurarse que el componente músculo-óseo es el factor predominante en interferir con la succión.

La producción de leche de la madre y el reflejo de eyección, así como la integridad de sus pezones, también jugarán un papel importante en la capacidad del infante para establecer y mantener un afianzamiento eficaz, considerando otros factores posibles tales como algodoncillo o un afianzamiento inefectivo. La producción y la eyección de leche de la madre son controlados por un proceso neurológico. Pueden responder a ajustes quiroprácticos, técnicas sacro-craneales, o acupresión, así como las hierbas y medicinas más tradicionalmente utilizadas. La ergonomía—como la madre posiciona su cuerpo y el de su bebé mientras amamanta—es muy importante. El dolor puede afectar su reflejo de eyección y, por consecuencia, su producción de leche.

Una vez que esta información ha sido recabada, se requiere hacer una evaluación de la función oral del bebé. Las facciones del bebé se examinan en cuanto a su simetría y forma. El médico evalúa si los reflejos normales infantiles (búsqueda, succión, extensión de la lengua más allá del labio inferior) están intactos. La ausencia de reflejos normales podrían indicar heridas neurológicas o la presencia de subluxación de la espina o de los huesos cráneos, obstaculizando las funciones neurológicas normales. (Subluxación se refiere a una articulación del cuerpo cuyo movimiento está limitado en una o varias direcciones.) Esta fijación tiene implicaciones neurológicas, vasculares, y linfáticas sobre sus propios tejidos y órganos y los tejidos y órganos alrededor.

Después se evalúan los rangos espinales de movimientos y la integridad de las articulaciones, incluso las clavículas. La incapacidad de voltear la cabeza, la persistencia de la flexión lateral o de la rotación hacía un lado (cuello torcido), favorecer un seno sobre el otro, y la hiper-extensión (movimiento más allá de su alcance normal) de la espina por dolor son todos potenciales signos de herida. Subluxación, ligamentos estirados, esguince de músculos, y fracturas, todos se deben descartar.

A esto le sigue una evaluación de la integridad de la función oral examinando la articulación temporo-mandibular (donde el hueso de la mandíbula se junta con el cráneo), incluyendo la excursión de la mandíbula (que tan grande el bebé puede abrir la boca), y palpando músculos involucrados en la acción de la mandíbula y boca. La palpación puede revelar tono bajo o alto en estos músculos gobernando una acción incorrecta de la mandíbula o una posición evertida de los labios y el cierre de la boca.

El moldeado craneal o la subluxación de los huesos cráneos puede resultar en cambios visibles como un cráneo aplanado o cónico, pero los cambios no tan visibles pueden reflejarse en el paladar duro (maxilar) y las funciones de las trompas de Eustaquio (huesos temporales).

El tratamiento tiene tres fases. La primera consiste en la liberación de tejidos suaves de los músculos “tensos” o de tono alto o estimulación de músculos de tono bajo. Idealmente se les enseña a los padres y el personal médico como trabajar estos músculos de cuatro a cinco veces diarios, utilizando pequeños masajes circulares en todos los músculos externos para relajar la acción sobre la mandíbula o la lengua. Hasta pueden estirar los músculos pterygoidos internos que controlan la acción de lado a lado, de apretar, o el bruxismo. Esto se hace poniendo su dedo auricular suavemente entre las encías y dejando el bebé usar su dedo como un eje de rotación para estirar los músculos.

La segunda fase del tratamiento la provee el quiropráctico u otro médico. Consiste en la corrección del movimiento disfuncional de las articulaciones asociadas utilizando ajustes suaves específicos o técnicas manuales específicas.

La tercera fase, frecuentemente incluyendo la Líder de la Liga de la Leche o la consultora de lactancia, consiste en afinar las técnicas de lactancia materna una vez que las funciones normales están reestablecidas. Este procedimiento integral ha dado resultados positivos en muchas situaciones y ha ayudado a reestablecer una relación saludable y feliz de amamantamiento.

Glosario

Acupresión: una forma de terapia alternativa similar a la acupuntura que usa presión manual en lugar de agujas.

Bruxismo: la acción de rechinar o apretar los dientes, asociada con movimientos vigorosos de las mandíbulas, resultando en la fricción, el apretamiento o el rechinamiento de los dientes, generalmente durante el sueño.

Biomecánica: estudio de los movimientos; el estudio de los movimientos del cuerpo.

Terapia sacro-craneal: una forma suave son aplicación de manos de terapia del cuerpo que evalúa y mejora un sistema fisiológico llamado el sistema cráneo-sacro, que se compone de las membranas y el fluido cerebroespinal que rodean y protegen el cerebro y la médula espinal. Usando un toque suave, generalmente no más pesado que el peso de una moneda de 20 centavos, los médicos pueden liberar restricciones en el sistema cráneo-sacro para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso central.

Quiropráctica: un sistema de medicina natural basada en la teoría que la enfermedad y los trastornos se deben a una subluxación vertebral, un mal alineamiento de los huesos, especialmente en la espina, que altera las funciones nerviosas correctas, la circulación y la canalización linfática.

Ajuste Quiropráctico: Técnicas quiroprácticas que corrigen una subluxación son ajustes suaves, no invasivos, sin medicinas usando las manos o una variedad de instrumentos que se tienen en las manos.

Flexión: acción de doblar la articulación resultando en una disminución del ángulo; acción de mover la espina hacía adelante; el cuellos se mueve hacía el pecho.

Hiperextensión: acción de enderezar la articulación resultando en un incremento del ángulo; acción de mover la espina hacía atrás; el cuello se aleja del pecho.

Flexión Lateral: movimiento lateral alejándose de la línea media del cuerpo; acción de mover la espina hacía el lado (izquierdo o derecho); el cuello se mueve hacía el hombro.

Linfático: perteneciendo al sistema linfático.

Neurológico: perteneciendo al sistema nervioso.

Palpación: examen médico usando los dedos; un método de examen clínico usando una presión suave de los dedos para detectar crecimientos, cambios en el tamaño de los órganos subyacentes, y reacciones inhabituales de los tejidos a la presión.

Rotación: movimiento rotatorio alrededor del eje longitudinal del hueso; acción de voltear la espina hacía un lado (derecho o izquierdo); el cuello se voltea hacía el hombro.

Subluxación: una articulación del cuerpo cuyo movimiento está limitado en una o varias direcciones.

Espina Cervical Superior: los dos huesos en la parte superior del cuello constituyen la Espina Cervical Superior, el Atlas (C1) y el Eje (C2). Esto es el área más móvil de la espina, a través de la cual pasa el sistema nervioso.

Vascular: perteneciendo a los vasos sanguíneos.

Dr. Sharon Vallone es actualmente la Presidenta del Consejo de Administración del Kentuckiana Children’s Center, Louisville, Kentucky, EE.UU., una organización sin fines de lucro que provee servicios quiroprácticos y médicos integrados a niños con discapacidades. También trabaja como profesor adjunto en la Universidad de Bridgeport College of Chiropractic y como profesor de postgrado en la Universidad Palmer, enseñando Salud Materna y Pediatría. Tiene un consultorio como médico de cabecera en Hartford y Tolland, Connecticut, EE.UU., con un enfoque primario en salud materna y pediatría; provee apoyo a mujeres quienes escogen un parto en casa, un parto natural, la lactancia materna, y medicina natural para ellas mismas y sus familias. Egresada del New York Chiropractic College en 1986, recibió su Diplomado en Pediatría Quiropráctica Clínica en 1997. Dr. Vallone da conferencias a nivel internacional sobre como la quiropráctica apoya la salud y el bienestar de la embarazadas y los niños. Manden ideas y por “Keeping Up to Date” a la Contributing Editor, Norma Ritter, en norma@stnyrr.com (email) o en 58 Antler Road, Big Flats, New York 14814, EE.UU.

Traducción cortesía de Veronique Lessoine de Potes
Revisión Lavinia Belli