Dia Mundial del Niño Prematuro: Javiercito, Rodrigo y Bruno. Experiencias compartidas
Por Claudia Judith Sierra Morales.- Líder de la Liga de La Leche e IBCLC
Javiercito
Hace 20 años, entré al camino a la maternidad por la puerta menos esperada. Yo no sabía cómo lucía un bebé prematuro, no sabía que había Unidades de Cuidado Intensivo Neonatales (UCIN), no conocía el desasosiego y la agresión intrahospitalaria. En fin, nunca en mi corazón y ni en mi mente estuvo el concepto de “bebé prematuro”.
Javiercito nació de 28 semanas de gestación, por una ruptura prematura de membranas (RPM) con 1.370 kg (bastante buen peso para su edad), con una cardiopatía. Fue operado a los 3 días de nacido del corazón. Mi cesárea de emergencia, con anestesia general, sin haber visto a mi bebé, saber su sexo, para pronto, sin saber si había sido madre o no. Separados 23 días. Extrayendo mi leche con un pésimo extractor, sin saber qué hacer con la congestión en el hospital, el apoyo hospitalario humanamente minimizado, inexistente. Javiercito, no tuvo acceso a mi leche, salvo algunas gotas de manera parenteral. Tenía 13 tubos y aditamentos en el cuerpo. No hubo terapia de calostro o de leche: la madre y padre ponen gotitas de leche materna en sus labios, como gotitas de amor inmunológico. No pudo vivir.
Tardé mucho en superar el duelo. Estaba deprimida, muy deprimida. Encontré en la Homeopatía y junto con Javier, mi querido esposo, la luz y la salida. De no querer vivir, cada semana lo anhelaba un poco más. Hay que buscar apoyo, es una carga muy grande, asfixiante, inconmensurable y no necesitamos transitarla solas.
Diez años después y con la experiencia de “mis maestras de La Liga” pude superar la agonía que me producía contar la pérdida de mi primer niño y de mi maternidad.
Busca apoyo, sana tus perdidas para estar plena para la vida. Abusamos como sociedad de dar “consejos” inútiles. Mi aprendizaje para compartir en el nacimiento y muerte de un bebé prematuro: callar y oír, hablar desde mi experiencia. No podemos recibir consejos asfixiantes. Si tienes en tu camino una mamá que ha perdido un hijo, está hospitalizado su bebé prematuro ofrécete: estoy aquí para lo que me necesites, serán grandes palabras de consuelo y ayuda. Abraza.
Rodrigo
Después de Javiercito, trabajado mi duelo, buscando buenos médicos, nació Rodrigo casi en el primer segundo de término -38 semanas de gestación. Después de un embarazo con cerclaje, en cama 18 semanas, contracciones, ruptura de membranas “hice aguas”, cesárea y amamantado con todos los retos, como dice la OMS (al menos dos años). Esta lactancia me dio el aprendizaje, las herramientas y la fortaleza para el siguiente viaje: Bruno. Siempre estuve apoyada para la lactancia en todo momento por mi familia.
Bruno
Mi tercer hijo es Bruno, prematuro de 32 semanas, 1.700 kg, igual RPM con todo y cerclaje. Cesárea de emergencia. Salimos del Hospital Santa Teresa en aquel entonces (ya no existe) con un equipo de apoyo real para la lactancia y la prematurez, a las dos semanas de edad de Bruno y rayando los 2 kg. Yo aprendí a extraer la leche manual en casa con Bruno, tenía que hacerlo (con Rodrigo nunca pude. Decía que no podía hacerlo manual, y ¿qué creen? que con él no pude.
Después de que se abatió la plétora y la congestión, ahora sí podía usar el extractor eléctrico doble. Entregaba mi leche diariamente, pedía y casi quería ver que se la daban; estaba en terapia intermedia y yo entraba a hacer mamá canguro, cargaba con el extractor a todos lados. Bruno fue un bebé muy fuerte y es un joven actualmente igual de fuerte. Cargado en cargador de argolla todo el tiempo, hicimos piel con piel casi dos meses, usé el suplementador, sólo salíamos cada semana con el neonatólogo ¿y el peso? bien “va subiendo bien”, era la mejor frase del día. Fui apoyada por teléfono y en persona por mis hoy “Maestras de la Liga” y por mi familia. Salimos de casa cuando Bruno cumplió dos meses de nacido, que en edad corregida tendría dos semanas o un día ¿quién sabe?
Nuestra primera salida fue con su bisabuelita Maurita para que lo conociera y las siguientes al Grupo de Apoyo de la Liga de La Leche coordinado por Edith Catarrivas. Me quedé admirada, yo quería que en el Grupo me dijeran que mi hijo iba a estar bien, que la leche hace maravillas. Y las hizo. Fui calmando mi ansiedad con el Grupo y con Edith, aprendí mucho y mucho más de lo que es el servicio en el apoyo para la madre.
Ahora, sé que la leche humana hace maravillas y eso lo viví tanto en un bebé a término como en uno prematuro. Y sí, Bruno también fue amamantado como dice la OMS.
Busca apoyo siempre, no estamos solas. Haz Tribu.