La historia de mi maternidad.-
Por Paulina Guzmán (Mamá de Rodrigo)
Ganadora del segundo lugar de la convocatoria del 10 de mayo 2020: “Historia de mi maternidad”
Les voy a contar una historia que comenzó en el mar.
Era el último día del 2018 y para celebrarlo hice lo que más me gusta hacer. Me fui a bucear sin saber, que ese sería mi último buceo hasta el día de hoy. Y además que sería el inicio de una nueva aventura. En fin…
Nunca olvidaré ese día por varias cosas que relataré a continuación. Las nauseas en alta mar eran tremendas, pero pensé que podía ser el oleaje, aclaro que el clima no fue el más favorecedor. Pero lo más curioso fue cuando al hacer mi segunda inmersión, quedé sin aire en el fondo del mar. Para ser breve. Gracias a la ayuda de un buzo llamado Rodrigo, pude sobrevivir. Así es. De lo contrario, ahorita no podría estar compartiendo esta historia con ustedes pues Rodrigo compartió su tanque conmigo y logré salir. O mejor dicho logramos salir.
Pocos días después del incidente persistieron las náuseas y fue chistoso porque ya no había razón para sentirlas, así que mi pareja y yo hicimos como 4 tests caseros y 1 de sangre. Todos positivos.
Y entonces así comenzamos una gran aventura prometiendo que si el bebé era niño se llamaría Rodrigo, porque después de todo, él nos salvó a los dos.
Los primeros meses fueron difíciles, sentía muchas náuseas, mucho sueño y mucho cansancio. Pero tal cual como todo mundo me dijo, en el segundo trimestre cómo por arte de magia sentía una energía inmensa.
Mi pareja y yo celebramos mi embarazo día con día. Llevamos a mi pancita a Cozumel, la llevamos a la playa veces infinitas, nos sumergimos en un cenote y no paramos de tomarle fotos. Mi familia me visitó desde otro estado y bueno, en realidad Rodrigo, quien a partir de la semana 24 sabíamos que era Rodrigo y no Miranda; nos trajo mucha felicidad y eso que todavía ni lo conocíamos.
Todo nuestro plan de parto iba encaminado hacia un parto humanizado y bueno jamás tuvimos una situación de riesgo ni nada por el estilo. Parecía que todo saldría tal cual lo imaginamos pero llegó la fecha probable de parto y yo estaba como si nada.
Dimos una semana más y aún nada. Aparecían contracciones pero se iban, era como si el trabajo de parto empezara y se parara. Además no había dilatación. En fin. Por indicaciones y para no correr riesgos, terminaron haciéndome cesárea y debo admitir que al principio fue triste para mí porque no era lo que habíamos visualizado y no lograba entender porque no había salido como lo planeamos si habíamos seguido todo al pie de la letra.
El día de mi cesárea llegó y después de una serie de cosas, nervios y demás emociones, lo que más recuerdo de ese día fue a mi bebé llorando tan pronto lo sacaron. Yo no podía creer que al fin iba a conocerlo. Tan pronto lo sacaron lo pegaron a mí y yo besé su pie y así como por arte de magia al besarlo dejo de llorar.
Lo qué pasó después fue cuestión de recuperación y una mala noche porque yo estaba llena de dudas, estaba con la emoción que no podía ni dormir y además el estómago vacío.
Los primeros días con el bebé fueron realmente emotivos. Comenzar la lactancia desde el hospital, desde el primer contacto y con los consejos de mi mamá fueron la clave para que hasta ahora siga con una lactancia exitosa.
Recuerdo los primeros días, mi pareja y yo sólo nos acostábamos con él en medio y lo veíamos y llorábamos y así pasamos horas, sólo parábamos para bañarnos e ir a comer. Era demasiada felicidad. Es un sentimiento que no puedo explicar. Pero estábamos muy emocionados y obviamente llenos de dudas.
Así pasaron los días y así pasaron los primeros meses afrontamos muchos retos y conocimos muchas partes de nosotros que no sabíamos que existían. Y ahora justo en este momento que estamos entrando en el octavo mes de vida de Rodrigo, nos sentimos dichosos de poder estar con él, debido a la situación actual de contingencia.
Cabe destacar que yo me reincorporé en mi trabajo hace dos meses y sufrí ansiedad por desprenderme de mi bebé, así que ahora es una dicha estar papá y mamá con él. Se que no es el panorama que muchos esperamos pero viendo el lado positivo, para los nuevos padres, incluso para todos, es una oportunidad de valorar y acercarnos a nuestra familia.
Deseo que todos encuentren algo que los motive a ser mejores humanos, a crear un mundo mejor, a querer salir adelante y alguien que les provoque la felicidad que a mi me provoca ver el mar.
Nosotros ya encontramos a Rodrigo.
Paulina…