La información que podamos obtener durante nuestro embarazo y durante nuestra lactancia es muy importante para poder tomar decisiones propias. Claro que hay cosas que son mágicas y que no necesitamos más que nuestro instinto y naturalidad para cumplir nuestras metas. Sin embargo, en ocasiones las expectativas que tenemos de lo que sucederá son sólo nuestras. Conforme pasan las semanas o meses nos damos cuenta que a nuestro alrededor escuchamos muchas voces que a veces nos dificultan los pasos y que para poder sortear estas opiniones, mitos, buenas intenciones o comentarios, necesitamos información que nos permita que las decisiones sean sólo nuestras. Aquí te presentamos el testimonio de Jessica, su llegada a los grupos de la Liga de La Leche y la manera en cómo poco a poco, con confianza y acompañamiento, pudo potenciar su seguridad en la crianza de sus bebés y logró sentir esa autoconfianza. Esperemos que te ayude en tu propio proceso de búsqueda y de reflexión.

Soy Jessica Gómez Rodríguez, Bióloga, esposa y madre de tres, dos pequeños en la tierra y entre ellos una estrella. ..

En la casa donde estaba me decían que era normal dolieran los pezones al amamantar y que podían llegar a sangrar mientras se acostumbraban a la succión. Estaba por cumplir la cuarentena de mi primer parto y empezaba a dudar de esa premisa que me repetían constantemente y cada vez con una historia más terrorífica. Le pedí a mi esposo salir del pueblo y buscar a alguna ayuda, no tuvimos tanta suerte porque las molestias seguían. Dos meses después leí de una reunión que decía LLL (Liga de La Leche), así que acudimos. Una líder de la Liga de La Leche con sólo observarme amamantar, supo que tenía una mala postura y me describió todo lo que estaba ocurriendo… ¡Fue mágico! Sólo me enseño a corregir la postura e instantáneamente el dolor, ardor y demás cosas pararon. Y pensé: ¿Y si lo hubiera sabido antes?

Cuando le comenzaron a salir los dientes a mi primer hija, decidió mostrarme su recién erupcionado hallazgo con una sutil mordida. “¡Waaa!” grité instintivamente, y mi primogénita me soltó asustada y comenzó a llorar. De momento soltó el pecho y aún punzaba la piel de tremenda mordida… En esa ocasión estaba a punto de conocer una huelga de lactancia, pero sin saberlo, mi hija ya no se quería prender al pecho, como que le había perdido el interés, yo me empezaba a congestionar, experimentaba dolor. Recorda ser normal, pensaba que lo que me pasaba no pode lactancia.pudi que me repete dec quincena, pero cada noche pienso ¿l sobre toé a la Líder de La Liga de Leche, le llamé dos días después de la mordida y me explicó cómo manejar la situación. Primero comencé a sacarme leche para disminuir las molestias,  y después que hablé a mi pequeña bebé de tan sólo siete meses de cómo me causaba dolor esa acción y que mi intensión no había sido asustarla, que nos volviéramos a reconciliar. Estar piel con piel en la posición biológica ayudó mucho. Si lo hubiera sabido antes, no grito y me evito atravesar una huelga de lactancia.

¿Y si hubiera sabido antes que los bebés amamantados se enferman menos o se recuperan más rápido? ¿Y si hubiera sabido antes que no tenía que sentarme durante la noche en cada toma nocturna porque se puede amamantar acostada?

Así cada vez que pensaba que no podía amamantar más, porque volvería a trabajar y mi hija ni de vaso, ni popote tomaba, y yo no sabía ni las diferencias entre extractor y tira leche, logré hasta hacer banco de leche hermoso en mi pequeño congelador. Al año y tres meses le dio varicela a mi hija, no comía más que tomaba directo del pecho, toda llena de costras y comezón, desesperada descubrí que la leche materna hasta tópica es excelente para la piel.

Cuando comprendí que no estaba sola, que lo que me pasaba no podía ser normal ni amamantar tan difícil, cuando entendí que las mujeres madres, líderes de la Liga de La Leche de corazón me respondían y me apoyaban fue que pensé: ¿Y si hubiera sabido antes de nacer mi hija un poco más de lactancia, que no todo lo que me dice la vecina, algunos médicos o mi familia es cierto sólo por ser, en ocasiones, bien intencionado?  Habría sabido que no podía seguir dudando de mi lactancia, que mi leche no le hace daño a mi bebé, que mi leche tiene todo lo que mi bebé y no tan bebé necesita, porque además, es MI LACTANCIA y puede durar hasta que mi hija y yo así decidamos.

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